domingo, 21 de noviembre de 2010

Diccionariando

Que pensar de las nuevas generaciones con los vicios que han adquirido con respecto al uso del idioma cotidiano, especialmente notorio en quienes tienen la oportunidad y la responsabilidad de hablar en público. El uso correcto del idioma en este ejercicio es muy fácil, porque no se trata de textos eruditos ni de complejidad gramatical, sino del lenguaje coloquial y solamente hace falta tener un poco de sentido común y de oído para saber cuando se esta hablando de una manera, si no incorrecta, si desagradable al oído.  De donde les resulto el miedo a usar el verbo poner y cambiarlo por un desaliñado colocar, que tiene un significado mucho más estrecho y definido, como poner algo en un lugar. Traigo aquí el reciente caso del presentador Silvestre Dangond, quien si bien se está estrenando en estas lides, con mayor razón debe ser cuidadoso en el hablar; pero se le oyó en dos o tres ocasiones decirle al concursante de turno: "no se COLOQUE nervioso" que a oído de buen oyente disuena y ofende. Es como los locutores deportivos que son capaces de decir al aire que el arbitro y los auxiliares de línea no se han podido COLOCAR de acuerdo o quienes posando de bien hablados se refieren al rubor de la timidez en términos de se COLOCO colorado o el:"se COLOCO bravo", que lo único que consigue es ponerlo a uno de mal genio. Me toca terminar repitiendo una explicita frase de la señora Soledad Moliner, a quien le pueden creer mas que a mí, quien al respecto dice: "No ponga colocar, coloque poner" y no falta el desvirolado, ese si sin perdón, que se atreve a decir que las gallinas COLOCAN huevos casi todos los días.  ¿Quién podrá salvarnos de tanto desatino?

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